viernes, abril 07, 2006
depresión
Desde la niñez estuve convencido que la depresión era una excusa que utilizaban personas de carácter débil para no afrontar situaciones complejas de su vida. En gran medida dicho convencimiento se fundaba en ciertas actitudes de mi madre que siempre ha sido una persona de temperamento fuerte y carácter intempestivo, capaz de soltar comentarios tales como:
“Yo no tengo tiempo de deprimirme como algunas. Tengo una casa que llevar adelante…”
Han pasado muchos años y he aprendido, entre otras cosas, que la depresión existe realmente, y no siempre es una excusa. Supe también que muchas veces se convierte en una enfermedad crónica muy difícil de recuperar. A pesar de todo esto, sigo teniendo grandes prejuicios contra las personas depresivas y realmente me gustaría ser un poco más comprensivo con su situación.
Como conclusión de todo creo que sería bueno que los adultos brindemos opiniones desprovistas de subjetividad y que cuando un niño pregunte algo que no sabemos, antes de contestar nos informemos…
“Yo no tengo tiempo de deprimirme como algunas. Tengo una casa que llevar adelante…”
Han pasado muchos años y he aprendido, entre otras cosas, que la depresión existe realmente, y no siempre es una excusa. Supe también que muchas veces se convierte en una enfermedad crónica muy difícil de recuperar. A pesar de todo esto, sigo teniendo grandes prejuicios contra las personas depresivas y realmente me gustaría ser un poco más comprensivo con su situación.
Como conclusión de todo creo que sería bueno que los adultos brindemos opiniones desprovistas de subjetividad y que cuando un niño pregunte algo que no sabemos, antes de contestar nos informemos…
