lunes, junio 13, 2005
Anónimo
Me disgusta la impunidad del agravio anónimo. Imagino que quien lo perpetra debe regocijarse íntimamente al pensar en lo que genera sobre los demás. Un ejercicio masturbatorio ajeno en cierta forma, para definirlo de manera abyecta.
Es un acto tan vil y enfermizo que no puedo decidir si condenarlo o sentir lástima. Yo nunca tuve necesidad de perpetrar anónimamente y no me siento motivado a hacerlo ya que las motivaciones que se me ocurren son tan bajas que me causan rechazo.
La pregunta más controvertida en este aspecto es ¿qué hacer ante el agravio anónimo? ¿ignorarlo? ¿censurarlo? ¿tomarlo en cuenta y responder? No tengo respuesta por ahora pero es un tema que tarde o temprano tengo que resolver…
Es un acto tan vil y enfermizo que no puedo decidir si condenarlo o sentir lástima. Yo nunca tuve necesidad de perpetrar anónimamente y no me siento motivado a hacerlo ya que las motivaciones que se me ocurren son tan bajas que me causan rechazo.
La pregunta más controvertida en este aspecto es ¿qué hacer ante el agravio anónimo? ¿ignorarlo? ¿censurarlo? ¿tomarlo en cuenta y responder? No tengo respuesta por ahora pero es un tema que tarde o temprano tengo que resolver…
