Puras palabras

Hay una juventud escondida en el espíritu que nada tiene que ver con la edad o la madurez.
Ser joven para mí es ser fresco, dinámico, optimista, curioso, intransigente y cándido. Me gusta preservar esas características y trato de mantenerme joven porque me hace sentir bien.
Aunque los años pasan y el estado físico se degrada trato de conservar los atributos de mi juventud pensando que soy un adolescente con mucha experiencia y eso trato de transmitir a mis seres queridos. He logrado mantener casi intacta mi capacidad lúdica que para mí es tan importante y me ayuda a comprender muchas cosas.

Mis amigos más queridos también en cierta forma se las ingenian para preservar su juventud a pesar de que a veces las responsabilidades y los sinsabores los abruman.
Hace tiempo que no nos sentamos todos a jugar despreocupados del mundo, pero sé perfectamente que en el momento menos pensado vamos a estar inmersos en disputas infantiles sobre quien mueve primero o sobre si sirve o no el puntaje del dado que cayó bajo la mesa…