martes, diciembre 27, 2005
Todopoderoso
Convengamos que para estar en un sitio dejamos de estar en otro. Ese es el límite, el contexto material primario. Pues la tecnología nos seduce y trata de engañar nuestra percepción con la idea de que el límite puede quebrarse. Hay teléfono, Internet, Fotoblogs, Televisión Satelital, Videoconferencia y toda una gama de sistemas que “acercan” a las personas.
No me convencen. El límite existe y las simulaciones que se nos ofrecen no pueden quebrarlo. Para abrazar a los amigos y hablarles cara a cara hay que moverse. La virtualidad dura lo que dura un sueño. Solo Dios está en todos lados…
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No me convencen. El límite existe y las simulaciones que se nos ofrecen no pueden quebrarlo. Para abrazar a los amigos y hablarles cara a cara hay que moverse. La virtualidad dura lo que dura un sueño. Solo Dios está en todos lados…
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miércoles, diciembre 21, 2005
Percepciones
No deja de inquietarme la manera sutil y casi traicionera con que nuestro propio juicio va cambiando a través del tiempo. Cosas que antaño se veían y percibían de determinada manera hoy en día generan sensaciones opuestas y a contrapelo.
El ejemplo más clásico es la época de navidad. Esos 10 días previos al 25 de diciembre, que en la niñez están cargados de una ansiedad rebosante de buenas intenciones y buen comportamiento para purgar las fechorías del año y recibir un buen regalo, se van transformando año tras año desembocando, en la adultez, en un estado de agitación y ansiedad bochornosa porque termine de una vez la fiesta, para que den los números, para que las familias se pongan de acuerdo en dónde hay que reunirse, y quienes van a asistir. No es que me desagrade la época de navidad. Sigo pensando que es una época de acercamiento con los seres queridos, pero en el fondo la veo de otra forma muy distinta a mis años infantiles.
No sé. Tal vez la llegada de un niño a mi hogar traiga de nuevo esa ilusión cándida y esa ansiedad por descubrir la magia…
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El ejemplo más clásico es la época de navidad. Esos 10 días previos al 25 de diciembre, que en la niñez están cargados de una ansiedad rebosante de buenas intenciones y buen comportamiento para purgar las fechorías del año y recibir un buen regalo, se van transformando año tras año desembocando, en la adultez, en un estado de agitación y ansiedad bochornosa porque termine de una vez la fiesta, para que den los números, para que las familias se pongan de acuerdo en dónde hay que reunirse, y quienes van a asistir. No es que me desagrade la época de navidad. Sigo pensando que es una época de acercamiento con los seres queridos, pero en el fondo la veo de otra forma muy distinta a mis años infantiles.
No sé. Tal vez la llegada de un niño a mi hogar traiga de nuevo esa ilusión cándida y esa ansiedad por descubrir la magia…
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martes, diciembre 13, 2005
Controles
Muchos me han dicho que los problemas urbanos que tenemos en transportes públicos, mugre en las calles, atropellos en los servicios públicos y cosas por el estilo suceden porque no existen controles eficientes.
¿Qué son controles eficientes me pregunto yo? ¿Un vigilante con un garrote? ¿Un inspector que te multa si tirás un papelito a la calle? ¿Una institución que regule todos los exabruptos de Telecom ,Telefónica las empresas de videocable y las celulares?
No puede controlarse efectivamente a una masa de gente que está mal educada, o no educada en absoluto. No corresponde controlar a personas adultas que viven de acuerdo al modelo que ha prevalecido durante su existencia.
No sé bien si hay solución pero me conformo con sentir que al menos no soy parte del problema…
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¿Qué son controles eficientes me pregunto yo? ¿Un vigilante con un garrote? ¿Un inspector que te multa si tirás un papelito a la calle? ¿Una institución que regule todos los exabruptos de Telecom ,Telefónica las empresas de videocable y las celulares?
No puede controlarse efectivamente a una masa de gente que está mal educada, o no educada en absoluto. No corresponde controlar a personas adultas que viven de acuerdo al modelo que ha prevalecido durante su existencia.
No sé bien si hay solución pero me conformo con sentir que al menos no soy parte del problema…
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lunes, diciembre 12, 2005
La decadencia de la amistad (Fragmento)
Muchos pensadores han creído notar que, en estos tiempos, la amistad es mas un
tema de conversación que una actividad concreta.
Por cierto, es relativamente fácil encontrar personas dispuestas a componer
canciones sobre los amigos. En cambio es bastante difícil conseguir que esas
mismas personas le presten a uno dinero.
Según parece, el sentimiento amistoso se halla en decadencia. Todos los días
uno tropieza con canallas que lejos de preocuparse por la escasez de amigos, se
jactan de ella.
-Yo, amigos, lo que se dice amigos, tengo muy pocos, o ninguno- nos gritan en
la cara . Y uno advierte que el sujeto esta esperando que lo feliciten por
semejante hazaña…
Texto de A. Dolina
Versión completa aqui
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tema de conversación que una actividad concreta.
Por cierto, es relativamente fácil encontrar personas dispuestas a componer
canciones sobre los amigos. En cambio es bastante difícil conseguir que esas
mismas personas le presten a uno dinero.
Según parece, el sentimiento amistoso se halla en decadencia. Todos los días
uno tropieza con canallas que lejos de preocuparse por la escasez de amigos, se
jactan de ella.
-Yo, amigos, lo que se dice amigos, tengo muy pocos, o ninguno- nos gritan en
la cara . Y uno advierte que el sujeto esta esperando que lo feliciten por
semejante hazaña…
Texto de A. Dolina
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lunes, diciembre 05, 2005
Subversión
Creo que existe una lucha por el equilibrio entre la razón y la disciplina.
Me explico: Si nos preguntamos ¿Hace falta entender los motivos de una orden para poder cumplirla efectivamente? La respuesta es no. Una orden puede cumplirse efectivamente cuando se conoce el método de aplicación para ejecutarla.
Pero uno siente que sí hace falta entender las razones que originan una orden, al menos yo necesito comprender a fondo las motivaciones y objetivos últimos que implican la ejecución de algo que me manden hacer para estar tranquilo y saber que obré bien. Necesito que cuando hago algo no sea porque el jefe lo dice, sino porque para mí tiene sentido hacerlo.
Algunos podrían decir que lo que describo es insubordinación y podrían estar en lo cierto; sin embargo hay códigos y leyes que a menudo son más fuertes que las autoridades formales y en definitiva uno se acoge a dichos códigos.
Si un jefe ha de ser obedecido debería dar órdenes coherentes…
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Me explico: Si nos preguntamos ¿Hace falta entender los motivos de una orden para poder cumplirla efectivamente? La respuesta es no. Una orden puede cumplirse efectivamente cuando se conoce el método de aplicación para ejecutarla.
Pero uno siente que sí hace falta entender las razones que originan una orden, al menos yo necesito comprender a fondo las motivaciones y objetivos últimos que implican la ejecución de algo que me manden hacer para estar tranquilo y saber que obré bien. Necesito que cuando hago algo no sea porque el jefe lo dice, sino porque para mí tiene sentido hacerlo.
Algunos podrían decir que lo que describo es insubordinación y podrían estar en lo cierto; sin embargo hay códigos y leyes que a menudo son más fuertes que las autoridades formales y en definitiva uno se acoge a dichos códigos.
Si un jefe ha de ser obedecido debería dar órdenes coherentes…
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viernes, diciembre 02, 2005
Sinceridad
Entre la sinceridad y la desubicación hay una frontera muy frágil que muchas veces se quiebra con resultados destructivos. La sinceridad, usualmente, es reafirmar una verdad que de antemano se sospecha y no necesariamente debe manifestarse con una actitud chocante o desafiante. Ser sincero es ser auténtico. Es decir la verdad cuando a uno le preguntan. Hay veces que es preferible callar para no caer en la desubicación o en la mentira…
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